Nuestro objetivo es ese, contactar y sumar mujeres a esta lucha en cada lugar.
de Marta Casal Cacharrón y Paula Tomé
Presentamos la segunda e tercera parte de la entrevista a María José Giménez, una de las promotoras de la Asociación Gitanas Feministas por la Diversidad. En esta entrevista se abordarán cuestiones relacionadas con las estrategias, las metodologías de trabajo, además de las dificultades, desafíos y logros en este camino.
¿Cual es la respuesta de la comunidad?
Sabemos que se puede hacer y que se está haciendo. Cuando pensamos en el nombre, algunas planteaban que íbamos a tener problemas y rechazo de entrada porque no se conoce lo que es el feminismo, y lo que se proyecta son mujeres que quieren acabar con los hombres. Nosotras cuando planteamos esta cuestión, al final dijimos que es lo que tenía que ser y que iba a costar y nos ha sorprendido de forma positiva. Llevamos poco tiempo, pero en año y medio, después de mucho esfuerzo personal, hemos conseguido crear representación en Lugo, Ponferrada, Alicante, Castellón, Palencia y Granada.
El grupo promotor surge en Madrid. Pero hemos sido capaces de captar, en visitas de dos días, a lideres naturales, que siempre hay, que dicen: “oye, yo también quiero” y se han montado, y la respuesta por parte de la población gitana es muy positiva Hablamos de temas históricamente tabús, que ninguna asociación gitana se ha planteado antes: la diversidad sexual, la negación de los derechos a las gitanas viudas e inmigrantes. Ha habido un revulsivo con el tema de la población gitana inmigrante, búlgaras, rumanas, del Este, que no han sido acogidas como deberían, incluso por los propios gitanos.
Todas sabemos lo que significa todo eso y lo que ha significado para cada una de nosotras y como lo están llevando el resto de mujeres, porque llevamos una trayectoria larga en los movimientos sociales y somos conocedoras de la cuestión. Tratamos todo esto con el respeto que se merece y con las claves culturales que se manejan, porque somos gitanas y lo llevamos mamado desde muy pequeñas, y la reacción nunca ha sido negativa. En este año y medio nunca ha habido reacciones negativas. Los foros siempre se llenan y no ha habido ninguna voz diciendo “No sois gitanas o no entendéis nada!”, que sí lo esperábamos y no ha pasado aún. En la página de facebook sí ha habido algún comentario negativo por un pequeño grupo que se relaciona con miembros gitanos que forman parte del colectivo evangelista, por el tema de la campaña contra la reforma de la ley del aborto. Nos implicamos ahí con fotos, escribiendo mensajes en nuestro cuerpo. Ha habido gente que no ha sabido entender el mensaje: no decimos que se tenga que abortar, si no que una mujer que no quiera tener el hijo pueda hacerlo de forma segura. El resultado es positivo, mucha actividad a través de las redes y casi todo es apoyo. Estamos creando y está surgiendo una conciencia real.
Era una voz muy necesaria, ¿no?
Es que no lo estaba haciendo nadie, y cuando las mujeres ven que no pretendemos acabar con nuestro pueblo, que incluimos a los hombres que concuerdan con este mensaje, las mujeres se unen y muchos gitanos también, que hay entre los socios y tres en la Junta Directiva.
En las culturas en donde se hace recaer en las mujeres el peso de su preservación, puede verse vuestro planteamiento como un ataque a la cultura e identidad. Para las mujeres el coste es alto: ¿a qué se exponen?
Es un tema de miedos y desinformación. Nosotras no nos hemos desvinculado de nuestra gente porque no podemos, porque es imposible. Por mucha participación que tengamos en la sociedad mayoritaria, somos gitanas y es nuestro entorno y contexto familiar, social. Pero cuando planteamos la necesidad de cuestionar la identidad gitana lo planteamos siempre desde lo femenino. Los gitanos siguen existiendo gracias a las mujeres gitanas, no hay otra porque han sido fuertes y valientes y han luchado por su pueblo. Eso lo tienen claro y si tu explicas a la gente que la identidad gitana no es mensurable, por cuestiones tan simples como tener pareja mujer en lugar de hombre, que eso no me resta identidad gitana. Lo mismo ocurre con el tema del pañuelo, es una tradición milenaria, pero es verdad que en muchas zonas ya no se lleva, pero no porque lo digan gitanas feministas, sino porque las propias gitanas y gitanos han decidido que no es una cuestión prioritaria para la identidad. Nosotras sobre esto siempre decimos lo mismo: que tienen que elegir las mujeres, pero no coaccionadas, libremente. Si una mujer gitana mayor de edad, nunca menor, decide que quiere pasar por ese ritual no somos nadie para influir a nadie. Lo que no estamos de acuerdo es que se practiquen esos ritos a menores, no puedes someter a una cría a ese rito, cuando desde la población gitana masculina no se está dando el valor a ese rito que debería darse. Y lo decimos claramente: se le está exigiendo a las mujeres llegar vírgenes al matrimonio y se pone el acento en que eso es una cuestión prioritaria de la identidad gitana pero entonces en este mundo solo existirían gitanas, no existirían gitanos. Si nuestra identidad se reduce a eso, solo lo cumplen las mujeres gitanas por tanto no existen gitanos. Cuando tú les hablas en estos términos con esta naturalidad y racionalidad…ellos te dicen “no, yo también soy gitano”, pero tú no llegas virgen al matrimonio. Tenemos los datos de que la mitad de los matrimonios gitanos fracasan, ¿por qué? ¿Tu quieres ver a tu hija infeliz, a tu sobrina infeliz? Pues, entonces déjala que se forme, que decida y que sepa lo que quiera en este mundo porque, si no, va a ser una persona infeliz y eso no supone ponerle más o menos identidad.
Nosotras usamos un término que es el “gitanómetro” y solo se nos aplica a las mujeres, los hombres no pasan por ahí.
Claro, eso pasa en todas las culturas patriarcales.
Y ¿cómo deconstruís eso?
No es fácil… Se hace enseñando, hablando. Diciendo que no eres más gitana por casarte con 15 años, solo que vas a ser una persona desgraciada, porque con 15 años no sabes si es el amor de tu vida, si es lo que quieres. Con 15 años tienes que estar estudiando. Estas cosas se destruyen poco a poco, pero cuando son visibles, si no son visibles no hay manera de cambiar eso.
Tiene que haber referentes, ¿no?
Claro tiene que haber espejos dónde mirarse y tener referentes para seguir.
Y dentro de la propia cultura gitana, de la forma de relacionarse las mujeres, ¿Qué aspectos hay que pueden ser palancas para ese cambio?
Los cambios siempre han venido por luchas y reclamaciones de las mujeres, en esos somos iguales. Los hombres están en una posición cómoda en ese sofá que venden en la teletienda que te da masaje y las mujeres estamos en una silla de tres patas que nos caemos, que está dura, que acabamos con el culo en el suelo, y eso hace que siempre seamos las mujeres las que alcemos la voz. Que digamos lo que no es justo, lo que no está bien y no podemos seguir así. Las mujeres gitanas exactamente igual. La diferencia es que la mujer gitana tiene una conciencia más colectiva, de pueblo, de comunidad. No vale de nada que yo avance de manera individual, porque no le va a servir a mi hija, a mi prima; entonces sí que en eso nos cuesta más hacer los cambios, porque tenemos que arrastrar a mucha gente. Pero la mujer gitana es el motor de cambio ahora mismo porque son las que no están conformes. Pero es verdad que nos afectan a hombres y mujeres más cosas que se proyectan desde la sociedad mayoritaria, como la dificultad de acceder al empleo, que en el colegio no exista la realidad gitana, es invisible, que seamos los culpables de todos los males de esta sociedad. Esto nos afecta a todos, pero el hecho de conquistar derechos que históricamente nos han sido negados es algo que nos afecta a nosotras y son las mujeres las que están luchando.
Me recuerda a la situación de comunidades indígenas en las que las mujeres están en una doble lucha contra la sociedad mayoritaria o que las oprime como cultura y también una lucha interna en tu propia comunidad frente a los hombres por tus derechos como mujeres.
Sí, nuestra situación se parece mucho a las de los feminismos minoritarios de Latinoamérica, de las mujeres indígenas, o de las mujeres musulmanas, las del movimiento negro. Sí, se pueden comparar a nuestro movimiento, que está en pañales respecto a ellas, porque estamos muy por debajo de la conciencia social que tienen, pero el camino a seguir es el de ellas.
Y ¿cómo es vuestra relación con otros feminismos del Estado, en la diversidad que tienen también? ¿Cómo habéis sido acogidas?
Casi todo el rato es de reclamación. Reclamamos la inclusión del movimiento feminista gitano en los movimientos feministas payos. Cada vez que estamos en ámbitos feministas, redes, charlas, congresos siempre es de reclamo y de auto crítica. Tenemos una crítica, creo que bien argumentada, y es que cada vez que vamos a charlas, encuentros, congresos feministas no estamos incluidas en esa agenda feminista paya, parece que no es un tema digno de incluir en este mensaje feminista payo. Hemos hablado como muchas mujeres referentes, punta de lanza, Amelia Valcarcel, Nuria Varela, Marcela Lagarde, hemos estado hablando con muchas para que el feminismo gitano se incluya dentro de las investigaciones, en las universidades. Hemos estado buscando hueco para que se incluya en la agenda y reivindicaciones del feminismo mayoritario. Siempre se habla del feminismo negro, de las mujeres árabes, de Ciudad Juárez, pero nunca se incluye nada de las mujeres gitanas, de sus machaques, de las discriminaciones y aberraciones que sufren las mujeres gitanas en Europa. En la Unión Europea están siendo esterilizadas, expulsadas de sus países de origen, están siendo machacadas, deportadas, están haciendo un montón de horrores con las mujeres gitanas y eso no se ve, no se estudia, no se denuncia, no se incluye. Tú cuando no denuncias una situación la invisibilizas y jamás va a ser reconocida como realidad. Reclamamos que incluyan la realidad gitana, porque tenemos mucho que decir y tienen que ser guías de nuestro camino, porque ya han recorrido un camino importante, ya han alcanzado cuotas de derechos y participación que las gitanas aún, ni olemos. A muchas mujeres de movimientos minoritarios, tampoco les ha servido para nada hasta ahora el feminismo y reclamamos que tiene que incluir todas estas realidades y, por supuesto, la gitana.
Además de vuestro aporte a la lucha de las mujeres visibilizando y reclamando todo lo que afecta a las mujeres gitanas, ¿que otros aportes pensáis que hacéis a los feminismos? Me refiero a cosas que tiene que ver con las prácticas, metodologías, con el “cómo”.
Lo que hemos valorado en este tiempo que llevamos trabajando, es que nos diferenciamos en una cuestión que parece muy básica, pero que es muy importante, y creo que es clave para el éxito: es que hacemos un feminismo de base. De los que se hacían antes y que ya se ha perdido. Las feministas se concentran en contextos muy puntuales, donde dan charlas magistrales, y hablo de la feminista media, no de feminismos minoritarios. Las feministas payas, de clase media, académicas, han perdido eso, el feminismo de base que es el que funciona.
Hace tiempo, estábamos en una comida con feministas reconocidas, muy influyentes y nos preguntaban ¿por qué no llegamos?. Y les decíamos que es porque hacen un feminismo de clase, no de base, y el feminismo de clase no funciona, porque se dirige a mujeres a las que no hace falta, porque están en una posición que deciden qué quieren hacer, cómo, y pueden usar los mecanismos de conciliación, pero el resto no. No podemos siquiera subir el primer peldaño del feminismo, de la igualdad. Lo que podemos aportar al feminismo ya construido, payo, es el feminismo de base.
Nosotras estamos haciendo un esfuerzo tremendo. Cogiendo nuestros coches, pagando los gastos de gasolina, yendo a sitios y durmiendo en albergues, en casas prestadas, nos preparamos la comida, haciendo pancartas y llevándolas a dónde están las mujeres. Cuestiones muy básicas, pero que funcionan. Y podemos estar también en la otra esfera, en el otro lado, dando discursos académicos en congresos, en la universidad, también podemos hacerlo. Hay muchas mujeres que se están perdiendo en el camino porque no encuentran apoyos reales, en la vida cotidiana, el feminismo del día a día. Si encuentran un apoyo puntual en una charla, una chapita, pero luego en el día a día… La tarea de transformar, de generar una conciencia crítica que es una tarea del día a día. Claro, eso no se hace en una charla. Luego tiene que haber mujeres en cada sitio, en lo cotidiano, que se pongan esa mochila y que digan: “yo tiro con esta lucha”. Así que cuantas más seamos y más alianzas encontremos, esto va a ir más rápido. Nuestro objetivo es ese, contactar y sumar mujeres a esta lucha en cada lugar.
Como contactar:
http://www.gitanasfeministasporladiversidad.com
Facebook:
https://www.facebook.com/Asociaci%C3%B3nGitanasFeministasporlaDiversidad
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